La Copa Panamericana, ya finalizó hace dos semanas
aproximadamente y la selección nacional de Perú ha tenido un desempeño
favorable en su participación, vemos un mejor juego organizado. Ahora hay un
cambio generacional de jugadoras, que en algún se sumarán a la delegación que
representará en los Juegos Panamericanos que se desarrollará en la capital
limeña.
El vóley peruano está teniendo un ascenso favorable. Tanto
así, que le permitirá alcanzar un mejor juego en adelante y con la finalidad de
lograr una proyección equilibrada. Claro, está que está última Copa sirve como
termómetro para tener una visión de las debilidades del grupo y con ello el
comando técnico pueda trabajarlo junto con la FPV (Federación Peruana de
Voleibol).
Asimismo como se habla anteriormente del equilibrio
deportivo del vóley, hay que también realizar un análisis de la infraestructura
en “La Copa Panamericana”. Donde se jugó en el Coliseo Eduardo Dibós y el
Coliseo Lolo Fernández de Cañete. El primer mencionado tiene una capacidad de
6000 y el segundo de 3000 de aforo. La interrogante sería ¿Es la capacidad que
se necesita para recibir un evento de alta magnitud? Claro está que la primera
sede a elegir, es el recinto de San Borja, que tiene la mejor estadística de
partidos jugados en dicha localidad. Sin embargo, El Instituto Peruano del Deportes no sé a pronunciado al respecto sobre la ampliación de alguna sede. Entonces,
el tiempo ya está en contra del ente organizador y hasta de los mismos
aspirantes.
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